Evans House

En cuanto advierte que esta es la ultima vez que borrare su memoria y seguidamente tranca la puerta me quedo estupefacto. No se que habrá querido decir con todo eso, porque estoy seguro que había borrado cada palabra, cada acto, cada momento.. y por supuesto que no había fallado, la manipulación de las mentes humanas es algo tan fácil como ellos necesitan el respirar. Por supuesto no pude haber fallado, aquí hay algo mas.... que tendré que averiguar.

Enciendo el motor y luego las luces. Arranco el coche, antes de ir a casa me queda otra cosa por hacer..

- Ex spiritum Intaculum, en Terrum Incendium, Fes Matos Sal Vis Adisdum - repito una y otra vez - Ex spiritum Intaculum, en Terrum Incendium, Fes Matos Sal Vis Adisdum.

Miro la vela que está sobre la cama, la llama sigue apagada, no consigo que funcione el hechizo del fuego. Es de los más fáciles, se supone tendría que saber hacerlo... pero por más que repito las palabras nada cambia.

Miro el reloj en la mesita.... 3 am. Y aún seguía despierta. Todo esto era culpa de él... sino estuviese presionada por tener los poderes ya, por saber protegerme, nada de esto ocurriría. Maldito Damon... en mala hora había llegado a este pueblo. Él y su hermano. Cerré los ojos y presioné mi cabeza con ambos dedos índices, justo entonces algo cambia, abro los ojos y lo veo. La llama está encendida.

¿Cómo lo había hecho? Había concentrado toda mi energía, no eran necesarias las palabras, sólo tenía que fijar bien mi objetivo, y canalizar mi ira. Apago la llama con la mano, rápido para no quemarme. Una vez apagada vuelvo a concentrarme, tardo unos segundos más, pero la llama se enciende.

- Ex spiritum Intaculum, en Terrum Incendium, Fes Matos Sal Vis Adisdum - repito con más intensidad, ahora mirando fijamente la vela; la llama ahora se hacía más grande - Increíble.

Sigo leyendo, practicando, sólo a base de mucha práctica es como puedo mejorar y aprender, cuando escucho un coche pararse cerca de mi casa. Me muevo hasta la ventana rápidamente, quizás era Mike, hoy ni nos habíamos visto desde la mañana... Salgo de mi habitación y voy a bajar las escaleras, cuando me doy cuenta... ¿y si no es Mike?

Vuelvo hacia la ventana de mi cuarto y miro a través. El coche está en las sombras, no estoy segura si lo reconozco. Igualmente, bajo las escaleras, despacio, y voy hasta la puerta. La abro despacio, y lo que veo no es Mike. Sino la segunda opción. Pero no tengo miedo, estoy un poco más preparada que en nuestro último encuentro. Y ahora no puede hacerme nada.

- Damon - digo abriendo la puerta, pero quedándome dentro, sin moverme.

Y si en el camino había planeado arrancarle el cuello ahora he cambiado de opinión. Mis ojos se posan directamente en su escote, donde sus pezones se marcan a través del camisón..

Ella se da cuenta por lo obvio que he sido y de una vez se tapa con las manos..

- ¿Que haces aquí?..

- Estaba pensando... - me hago el pensativo durante un momento - los vampiros no podemos procrear, pero créeme, a mi me encanta intertarlo..

Me mira con los ojos en blanco y al final la comisura de sus labios se curvan con una sonrisa..

- Puedes venir aquí - la invito afuera ya que no puedo entrar - así te abrigas con mi chaqueta - le pico un ojo y me quito la chaqueta de cuero..

Se quita la chaqueta y me la ofrece. No sé qué es lo que pretende, quizás sea un truco de "vampiros", porque no creo que esté siendo simplemente amable. Aún así, algo había pasado, esa misma noche, tenía como una zona de la cabeza ocupada por Damon, pero no sabía realmente qué era lo que pensaba, estaba como borroso. Tampoco podía saber si era algo bueno, o malo.

Pero me atrevo, puede que sea un suicidio anunciado, una vez más, pero no me importa. Tengo algunas palabras grabadas en mí, y qué mejor manera de realizar mis prácticas, que con un vampiro.

- Gracias Damon - finjo poner cara angelical mientras coloco mis brazos debajo de su chaqueta, justo cuando termino, de un movimiento me tiene aprisionada contra la pared de mi casa, con los brazos a ambos lados de mi cabeza.

Mi pecho queda pegado a su pecho, yo sólo llevo un camisón y él una camiseta blanca. Su mirada es de ira, pero no lo evita, baja la vista, durante unos segundos, hacia mi escote, mis pezones están en contacto con su cuerpo.

- Si estás pensando en operarte y ponerte pechos, puedo recomendarte una buena clínica - le digo con sonrisa irónica.

- Me gustan mas naturales - sigo su juego - a mi no me irían bien...

- ¿Entonces lo has pensando? - sonríe - operarte, quiero decir..

- He pensado.... - digo sin retirar la vista de su gran escote - me gusta como se ven en los demás..

- He pensado que me gusta como se me ven - continua con el juego, y lo cierto es que esta comenzando a jugar con fuego. Puede terminar por quemarse...

- Y ciertamente - aclaro - últimamente he pensado que no se puede decir si la comida esta buena sin ser probada...

Entonces sin que diga nada llevo una de mis manos a sus pechos, donde sin su permiso le toco las tetas..

Manosea mi pecho con una mano, así sin más, ¿quién se cree que soy? Trato de apartarle la mano pero tiene más fuerza que yo.

- Damon para! - trato de no gritar demasiado, mis padres podrían despertarse - Damon!

En lugar de parar, mete su mano por dentro de mi camisón, acariciando el pezón erecto. Su cuerpo se pega más a mí, y su boca vierte aliento sobre mi cuello. No puedo evitar sentir un escalofrío, incluso casi diría que se me escapa un suspiro.

Pero ya basta. No era nadie para hacer eso. Pienso mentalmente las palabras, no me había dado tiempo a mucho, únicamente me había aprendido tres hechizos. Pronuncio la frase mentalmente, y pongo mis manos en el pecho de Damon (en lo que él cree que es un arrebato de pasión), lo empujo con fuerza, lanzándolo a dos metros de mí.

- Epa, ¿qué ha sido eso? Sí que estás fuerte - dice un poco aturdido, pero en seguida vuelve a su tema - Anda ven... sé que te está gustando, te he escuchado gemir...

Mi sonrisa se tuerce hacia arriba, aunque no por lo que él cree, doy un paso y me acerco a él. Estiro mi cuello hacia arriba y entreabro mi boca, no sin antes relamer mis labios cerquita de los suyos.

- Yo sí sé lo que te gusta a ti... - susurro con voz sensual, y puede que sea vampiro, pero es hombre al fin y al cabo, sé que esto lo está excitando.

- El que.. - dice siguiéndome el juego, mirando mis labios.

- Esto.. - y nada más lo digo recito mentalmente las palabras en latín, concentrándome en Damon.

Y para ser la primera prueba, no he debido hacerlo mal. Damon cae de rodillas al suelo, sujetando su cabeza con las manos, y ahogando un grito. No soy capaz de aguantarlo más de un par de segundos, pero me parecen suficientes.

- ¿Qué, te ha gustado? - pregunto triunfante.

Y siento una presión en la cabeza, que resulta ser insoportable. Caigo al piso de rodillas llevándome las manos a los costados de mi cráneo...

- ¿Que coño haces Estúpida? - le grito aunque no demasiado fuerte... - Ahhhhhhhhhhhhh - me quejo - para joder, para...

- Te doy un poco de tu propia medicina. - dice triunfante, y entonces el dolor se detiene, pero quedan secuelas - es la única forma de hacerte saber que no soy de esas perras con las que acostumbras tratar..

- Pero si te ha gustado - sonrío de medio lado mientras me levanto..

- No lo vuelvas a hacer - me avisa - ¿o te gusta estar de rodillas frente a una mujer?..

- Me gusta que te la estés pasando bien BRUJA - digo esta ultima palabra recalcando cada palabra. Se lo que ha hecho, se de ese dolor, se de ese truco, lo he sentido antes... - aunque no me sorprendes demasiado, he visto mejores..

Me mira con mala gana y se cruza de brazos..

- No me tientes.. - bufa.

- ¿Sabes algo?, no tienes porque resistirte - doy un paso al frente con ademan de acercarme - al final todas caen.. - y no puedo evitar esbozar una sonrisa.

Y me digo a mi mismo que ante cualquier situación lo importante es nunca perder el humor..

- Me alegra entonces ser la excepción - digo sonriendo.

- Bruja - dice la palabra como un insulto, mientras da otro paso.

- Vampiro - hago lo mismo - Al fin en igualdad de condiciones, querido Damon.

- Pero eso no quita que suspires por mí.

- Por favor... no me hagas reír. Mi novio puede hacerme sentir mil veces más con tal sólo un susurro. Mira si quieres te doy un consejo... coge un par de billetes, seguro que tienes unos cuantos en tu bolsillo. Vas en coche hasta las afueras, y en el pueblo siguiente, tienes un club de streaptease... quizás allí te hagan el favor.

- ¿Y cuánto tendría que pagar para que te quitaras eso? - señala mi camisón.

Sonrío de medio lado, ahora sí me gusta jugar, ahora no tengo tanto miedo. Bajo la chaqueta de un hombro, y lo dejo descubierto, mientras lo miro de manera sensual bajo la tira del camisón, rodándola hacia el brazo. Entonces doy un paso hacia él, para susurrarle al oído.

- Tu cartera nunca estará tan llena como para permitirte estar conmigo - dicho esto me separo y subo de nuevo la tira del camisón.

Y si, esta claro que quiere quemarse con la pequeña llamita que se ha encendido...

- ¿Quieres saber un secreto?... - pregunto mientras entorno mis ojos y levanto una ceja de manera sexy..

- ¿Que? ¿Eres gay? - se ríe..

- Las mujeres que han tenido sexo con Damon Salvatore - me hago el chulito y levanto el cuello de mi camiseta - han quedado fascinadas - continuo - algunas hasta han muerto en el intento por llegar al climax, a la máxima excitación.. Puedes preguntarle a Caroline..

- ¿Caroline? - pregunta desconcertada..

- Si, sera mi próxima victima - de alguna u otra manera hare que deje de tomar verbena, la manipulare y sera como pan comido, o mejor dicho, como cuello comido...

- No tocaras a Caroline - me amenaza..

- Las advertencias u o amenazas - digo levantando un dedo en plan de juego - no están hechas para mi querida... podrás preguntarle a tu amiga lo bien que la haré sentir, bueno claro, siempre y cuando viva para contarlo..

Y ahora ya no es juego, ni se trataba de mí. No iba a dejar que tocase a Caroline ni un sólo pelo.

- No me importa que las amenazas no estén hechas para ti... seguro que nada lo está. Pero las cosas pueden cambiar - digo muy segura de mí misma - y lo que no está hecho a medida, se amolda...

- Si si, pero cuando tú aprendas yo ya habré disfrutado de la barbie bizcochito... - dice con una sonrisa torcida.

- Damon - me acerco lo máximo hasta él - No te atrevas a tocarla, ni a ella ni a nadie que me importe. Puedes creer que soy una novata, pero por mis amigos puedo hacer lo que sea, LO QUE SEA - repito bien alto para que se le quede grabado.

- Vaya... ¿acaso la pequeña brujita pretende matarme?

- No dudes que lo haría si no tuviese otra opción - pronuncio la frase muy segura, pero entonces algo cambia en mi mente.

Como un recuerdo borroso, un flash que no sé de dónde procede ni qué significa. Yo acariciando el rostro de Damon, y mirando sus ojos... llorosos.

- No pareces muy segura - me dice.

- Damon... - cambio de tema por completo, porque el flash me ha dejado tocada - Ha pasado algo hoy, que deba saber? Ya sabes, de esos recuerdos que sueles borrar a la gente.

Y recuerdo lo ocurrido a media tarde... Katherine, Helen en mi habitación, aquel momento de desahogo que me permití tener, aquel momento que le hice olvidar...

- Absolutamente nada. Si yo nunca hago esas cosas - pongo cara de niño bueno y suelto una carcajada...

- Es en serio - se pone seria - es solo que...... - se queda callada.

- Es solo que.. ¿que? - quiero saber..

- Nada - se lleva una mano a su cabeza - quizás estoy un poco agotada...

- O puede que loca..

- No estoy loca - me mira de mala forma..

- Y cabreada - agrego..

- Tampoco lo estoy..

- ¿Te cuento otro secreto? - sonrío - me excita una mujer cabreada, te va bien... - me hago el serio - en serio te hace lucir bien.

- ¿Y acaso crees que soy tu confesora, como para que andes contándome tus secretos tan "íntimos"?

Hay algo de lo que digo que lo hace pensar, o bueno, ha debido ser una ilusión, Damon no parece pensar nunca.

- Es que son datos que tienes que saber, para cuando caigas rendida, que sepas lo que me gusta.

- Tú sigue manteniendo tus ilusiones... quizás algún día, con suerte... puedas tenerme en tus sueños.

- ¿Si te las das de creída no? - se ríe un poco.

- ¿Y sí que te las das de buen amante no? También en eso tendrían que opinar las demás - interrumpo antes que me haga una lista que pueda consultar - Y antes de que digas nada más, como tú dices, si no se prueba la comida no se puede juzgar... y como yo estoy a dieta, me temo que nunca lo sabré. Así que para mí seguirás siendo uno de tantos que alardean de sus habilidades. Porque como muy bien dicen por ahí, dime de qué presumes, y te diré de qué careces...

Me río por dentro, aunque por fuera me muestro muy seria.

- No se porque algunas mujeres tienden a hacerse las duras...

- De eso se trata. No soy fácil - asegura..

- Un consejo... no te hagas la dura Helen, solamente tienes que darte desear... - le pico un ojo - es algo que aprendí con el paso de los años..

- ¿Habla la voz de la experiencia?... El que mucho habla poco hace..

- Otro secreto - me río - te aseguro que carezco mucho mas de lo que presumo... hago mucho mas de lo que hablo. Tranquila brujita, lo sabrás algún día, cuando caigas en los colmillos de Damon Salvatore.

- No tendrás esa suerte, ahora ya no puedes manipularme, y controlaré mi propia voluntad - le digo firme.

- Te aseguro que no hará falta manipularte, caerás solita - dice acercándose con mirada pícara.

- Lo tienes todo muy seguro Damon... ¿nunca una chica te ha dicho que no? - su cara, durante un mínimo segundo hace un mal gesto.

- No - afirma.

Doy el último paso que nos separa y lo miro a los ojos. Me quedo callada unos segundos. Son profundamente azules, y a veces me da la sensación de que ocultan más de lo que cuentan. Es como si... llevase consigo una losa, un peso muy grande. Puedo ver odio, picardía, pero también... hay algo más.

- Qué hay en tu interior, que no me dejas ver, Damon - le digo perdiéndome en sus ojos inconscientemente.

- No hagas eso - le aviso, e ignoro completamente su comentario, pregunta o lo que sea que haya querido hacer...

- ¿Hacer que?..

- Querer saber de mi.. - respondo tajante.

- Siento que se de ti - apenas murmura con su mirada perdida en mis ojos, yo en la suya por supuesto, pero no soy capaz de mirarla de la misma manera que ella lo hace... - mucho mas de lo que alguien mas podría saber.

- Tu-no-sabes-nada - pronuncio cada palabra con lentitud y recalcando cada una - que se te meta eso en la mente de una vez Helen, NO SABES NADA...

Aparto mis ojos de los suyos. Si es cierto que aunque no manipule mi mente con sus poderes, hay algo en ellos que me hipnotiza. Pero puedo controlarme perfectamente.

- No puedes decirme lo que sé o lo que no... ahora me controlo a mí misma - le digo como ya había hecho antes.

- No sabes nada - repite.

Y me aburre un poco su juego. Ese de ir de malo, de ir en contra de absolutamente todo y de todos.

- ¿Sabes qué? - le digo cruzando los brazos - Tú eres peor que yo. Me llamas terca, y lo soy; pero tú me ganas. Sólo que yo intento acercarme a ti - digo esto sin pensar, de darme cuenta me estaría ruborizando - y tú te alejas, bloqueas cualquier salida, conversación, lo que sea. Te cierras a cal y canto.

- Porque no quiero que nadie se acerque a mí - dice tajante.

- ¿Y no te aburre? ¿No te cansas de despreciar a todo el mundo? Entiende que por raro que parezca, no pretendo hacerte daño. ¿Por qué no lo intentas?

- Porque no quiero a nadie cerca de mi - repito lo mismo de hace un momento..

- ¿No tienes otra cosa que decir?. Siempre con lo mismo..

- No quiero que nadie se preocupe por mi..

- Eso también lo sabia - espeta de mala gana, aun de brazos cruzados.

- ¿Entonces porque no lo entiendes de una buena vez?.. - elevo un poco la voz - ¿porque no terminas de entender que no necesito a nadie cerca?...

- Todos necesitamos compañía... - traga saliva, un tanto nerviosa - en algún momento.

- He estado así el tiempo suficiente como para saber que no necesito depender de nada ni de nadie..

- Pero tu..

- Calla - le ordeno, o mas bien le pido - y tu tienes que aprender eso Helen, no puedes andar por el mundo guindando de alguien, tienes que ser tu, solo tu contra el mundo, con lo que se te venga encima!

- Pero no tienes que confundir dependencia con amistad, cariño... - trato de explicarme, aunque dudo que me entienda - Nunca has tenido un dolor tan grande, tanto que sientes que el pecho te va a explotar si no te desahogas?

- No - me dice tratando de aguantar su mirada fría.

- Mientes y lo sabes - respondo yo antes de que continúe - Pues piensa en poder compartirlo con alguien, apoyarte. No sentirte solo día si, día también. Imagínate poder llamar a alguien cuando todo deje de tener sentido.

- A ver como te lo explico... - dice pasando el peso de una pierna a otra - No necesito a nadie para eso, me basto yo solo.

- ¿Hace cuanto que no vas al cine? - pregunto medio cambiando de tema, pero en la misma línea; Damon suelta una carcajada, como si hubiese dicho la mayor tontería del mundo - ¿Hace cuando no vas a la playa, o das un paseo con alguien, o simplemente disfrutas de una buena compañía tomando un café? Estoy segura de que parte de tu humanidad no ha sido borrada, que aún tienes sueños por realizar, deseos que cumplir.

Sus ojos parece que viajan en el tiempo, sé que por ser tan terca algo consigo, que de 10 cosas que le digo al menos 1 le entra en la cabeza...

- Damon no sé qué me pasa... - me acerco a él y lo tomo por el cuello de la camisa, tirando de ella hacia mí - Sé que me arriesgo y que a ojos de cualquiera serías el peor del mundo, pero algo me dice que puedo esperar más de ti, que podrías ser feliz - siento cómo mis ojos se humedecen y no lo entiendo, nada de lo que digo tiene sentido, pero no puedo parar - Déjame ayudarte, por favor - le digo mirándolo a los ojos, de la manera más sincera que puedo.

- ¡Joder! - grito en un bufido - ¡Pero he dicho que pares Helen!... - ahora mis manos retiran las suyas de mi camisa, no quiero su contacto, él de nadie mas, no quiero que nadie se preocupe, que nadie me entienda, no quiero que nadie se compadezca de mi.. no quiero nada, no necesito absolutamente nada de eso...

- Pero no me trates así por favor... - sus ojos se llenan mas de lagrimas...

- Vale vale - digo con indiferencia - pero no lloriquees... es mas Helen - miro alrededor y suelto un suspiro - debería irme..

- Sólo tengo una pregunta... - digo mirando a la nada - ¿A qué demonios viniste?

Giro mi cabeza y su mirada se pierde un poco, lo había tomado por sorpresa. Y no necesitaba más prueba que eso.

- Sí, deberías irte - digo de nuevo, mirando hacia un lateral.

Tenía razón. Había sido una estúpida. No entiendo por qué demonios lo intentaba, ni que me gustasen las causas perdidas, no tenía sentido. Damon no era nada para mí. No lo haría más. Esta vez sí me cansé.

- Lo siento - digo quitándome su chaqueta de cuero - tienes razón, he sido una estúpida por intentar... - me quedo callada, ni siquiera sabía lo que había intentado; ¿que se abriese a mí? ¿que sonriese? ¿que fuera feliz? ¡y a mí qué diablos me importaba! - No lo haré más, tranquilo, nadie volverá a recordarte que tu vida no tiene por qué ser una miseria.

Le tiro la chaqueta hacia él, que la coge al vuelo.

- Qué rápido cambias de opinión - dice haciendo amago de sonreír.

- Si lo hago, y es por tu culpa. Lo peor es que sabes que tengo razón, pero nunca lo reconocerás. Así que ni modo, que te den Damon Salvatore - pongo los brazos alrededor de mi cuerpo, hace bastante frío.

- Vaya, esto sí que es novedad - se carcajea.

- Cuando mis palabras reboten en tu conciencia vacía, o cuando no aguantes más y necesites a alguien, búscame. Quizás me piense el recibirte - camino hacia la puerta, y la abro - Mientras tanto, no quiero volver a verte. Adiós Damon - entro y cierro la puerta tras de mí, sin dejar que me responda siquiera.

Subo a mi habitación un poco malhumorada. Ya había perdido demasiado tiempo con la tontería de Damon, en lugar de prepararme para luchar con él, que es lo que realmente debía hacer. Enciendo el ordenador para mirar si Mike me había escrito, y efectivamente, me dejó un email contándome que tenía que ayudar a su padre a hacer no se qué, que nos veríamos mañana...

También tenía otro email, de Bonnie. Decía que los vampiros no podían entrar a tu casa sino los invitabas... eso me sonaba de algo. ¿Buffy cazavampiros, puede ser? Busco en internet rápidamente y sí, como Buffy, ufff... y que cara más desagradable se ponía cuando sacaban sus colmillos. ¿Damon también haría así? Ladeo la cabeza varias veces y aparto mis pensamientos, mientras sigo leyendo el email de Bonnie... Decía que... mentira. ¿Cómo que Elena no había estado? Yo la vi en mi casa, y hablé con ella, no estaba tan loca como para inventármelo. No entendía por qué Elena mentiría... pero no quedaban más opciones. Escribo algo rápido para Bonnie y apago el pc.

Elena sí estaba, te juro que la vi y hablé con ella. Mañana hablamos con calma... de todo. Ven a mi casa después de comer, te quiero

Voy hacia mi cama y me acuesto. Tengo demasiadas cosas en la cabeza.... mejor leería un poco el grimorio, hasta que me entrase el sueño.

Cuando me levanto ya son más de las doce, he pasado parte de la noche en vela, practicando brujería, y tratando de dejar mis pensamientos a un lado. Aún así, le di demasiadas vueltas a lo de Elena, ella nunca mentiría, no tendría por qué hacerlo, así que sólo quedaba una única opción posible.

- ¿Si? - después de almorzar, recibo una llamada de Bonnie.

- ¿Cómo estás? He leído tu email.

- No sé... es raro. Ayer Damon estuvo aquí, también estuve en su casa.

- ¿Qué? ¿Estás loca? ¿Cómo te fuiste con él?

- Creo que... borró mi memoria, y cuando volvió por la noche, yo ya tenía mis poderes. Pero escucha Bonnie, Damon no es el que importa, debemos ir a la casa de los Salvatore - digo tajante.

- Pero Helen... ¿cómo iremos a casa de unos vampiros? Yo ni siquiera tengo poderes aún.

- No importa, sabemos que existen, y les asustaremos. Tenemos que enfrentarnos a Stefan, él le ha borrado la memoria a Elena.

- ¿Estás segura?

- Que otra opción queda... yo vi a Elena y hablé con ella, y ella no lo recuerda. Es lo único que puede haber pasado.

- Está bien pero... había quedado con mi abuela después de comer - responde ella, sé que en el fondo tiene miedo.

- No le digas nada, no creo que le guste.... en cuanto volvamos a mi casa, la llamas para que venga.

- Está bien, nos vemos en un rato en tu casa.

Cuelgo el teléfono y me visto, en cuanto llegue Bonnie tendríamos que enfrentarnos a los Salvatore.

Termino de arreglar un poco mi habitación, cuando escucho el claxon sonar afuera de la casa.

- ¡Mamá, iré con Bonnie a dar una vuelta! - digo sin saber bien donde está.

Cojo el bolso del perchero, con el grimorio y mis cosas dentro, y salgo en busca de mi amiga.

- ¿Estás lista? - pregunto entrando a su coche.

- Bueno... creo que nunca estaré lista para enfrentarme a un vampiro, pero allá vamos - dice poniendo en marcha el motor.

Entonces mi bolso vibra, saco el móvil y me llega un mensaje, de Mike...

Amor, te hecho de menos, te extraño montones, haras algo hoy', si no, llamame, quiero verte <3

- ¿Qué pasa? - pregunta Bonnie al ver mi cara de circunstancias.

- Es Mike - sostengo el móvil en mi mano y suspiro.

No tengo idea de qué voy a hacer, mi vida ha dado un giro de 180 grados en tan sólo un día, y él desconocía todo esto... ¿Qué le iba a decir? "Hola cielo, tu novia es una bruja y voy a casa de un vampiro a pedirle que no borre la memoria de mi amiga", me tomaría por loca... pero no era lo peor, si llegase a creerme, él también estaría en peligro, y no tiene cómo protegerse.

- ¿Vas a contárselo? - pregunta adivinando mis pensamientos.

- ¿Crees que debería? - expresé en voz alta la misma pregunta que me martirizaba.

- No lo sé... es algo complicado.

Dudo un poco, pero finalmente contesto el mensaje.

Hola Mike. También te he echado de menos... pero estoy un poco ocupada. Están pasando muchas cosas... no sé si tenga mucho tiempo libre. Lo siento...

Cierro los ojos y contengo una lágrima. Me duele, demasiado... pero es lo mejor que puedo hacer por él, se lo debo... tiene que mantenerse alejado de esto.

- ¿Estás bien? - pregunta Helen mirándome de reojo.

- Lo estaré... o eso espero.

CONTINÚA EN LA MANSIÓN SALVATORE

Continuación Mansión Locwood

Aparque el auto frente a la casa de Helen, quite las llaves del contacto y las guarde en mi bolsillo, sali del auto y fui a la puerta, di tres golpes y a los pocos segundos me abrio la puerta la mama de Helen

-Hola, señora Patsy

-Hola Mike-Salio y me dio un abrazo

-Señora, esta Helen?

-No querido, ella salio hace unas pocas horas, dijo que se iba con Bonnie, no se a que hora regrese

-Oh, gracias, despues vuelvo, hasta luego-Y sonrei y me fui de alli, hacia mi auto, la señora Patsy cerro la puerta y yo entre a mi auto, encendi la radio, a la espera de que Helen llegara.