Evans House

- ¡Heeeelen, Heeelen, Heeeeelen! - me despierto sobresaltada en la cama, bueno, asaltada más bien.

Aisha tira de las mantas y trata de despertarme, a su modo, me tira del brazo, trata de levantar mis párpados, mientras yo finjo dormir unos minutos más. Y cuando menos se lo espera...

- ¡Bu! - me levanto y la atrapo contra mi cama, comenzando a hacerle cosquillas - ¿Qué horas son éstas de despertarme a gritos, eh renacuaja?

- Paaara paraaaaa - trata de librarse pero no puede dejar de reír.

- Mi pequeño terremoto... - termino de jugar con ella y le doy un beso en la frente.

- Mami dijo que ya podía despertarte... tienes que ir al cole - dice levantándose de mi cama y agarrando de nuevo su pequeño muñeco de trapo.



No puedo evitar sonreír al ver lo guapa que es, y cuánto ha crecido. Pareció ayer cuando mis padres me daban la sorpresa, y ya tiene 4 años, tiempo en el que se ha convertido en mi tesoro más preciado.

- Venga acompáñame a desayunar - digo dándole la mano, y bajando hasta la cocina.

- Buenos días cielo - mamá está de espaldas en la cocina, ha dejado en la mesa un zumo de naranja para mí - Hoy hace un día precioso... ¿sigues sin querer que te acompañe a comprar el vestido para mañana?

- No mamá - respondo bebiendo un poco - Mike me dijo que no comprase nada, que era una sorpresa...

- Ah, Mike, siempre tan atento... - a nadie se le escapaba la adoración de mi madre por él, atractivo, buen partido, hijo del alcalde, todo lo que se podría esperar.

- Si... - susurro cogiendo el cartón de la leche y virtiéndola sobre una taza; no me gusta demasiado hablar de él con mi madre, ella sólo ve lo que la gente quiere ver, pero en verdad Mike es un chico increíble, nada que ver con su padre.

Termino de vestirme, Aisha juega con un coche de Barbie en la moqueta de mi habitación.

- ¿Y tú no tienes que irte ya pequeña? - pregunto terminando de peinar mi pelo.

- Toy esperando a mami... ¿jugarás conmigo hoooy? - me mira con ojos tiernos, esos grandes luceros azules que harían que cualquiera se rindiese.

- Claro, pero sólo si estudias mucho y eres la mejor de tu clase, y si me das un beso - sonríe y se levanta del suelo acercando su boca a la mía y apretando sus labios pequeñitos - Que tengas un buen día princesa - digo tomando el bolso y saliendo de mi cuarto.

- Te quierooo - coche su coche de nuevo y sigue jugando.

- Y yo bonita. Adiós mamáa - mi padre ya haría dos horas que se habría ido a la oficina; trabajaba en el ayuntamiento, y se pasaba allí las mañanas.

Salgo hacia el garaje y me monto en el coche. No es "totalmente mío", está a nombre de mis padres, pero siempre lo uso yo.



Doy marcha atrás y pongo rumbo hacia el instituto, haciendo una pequeña parada en la casa de Elena, como muchas mañanas, últimamente. Sabía que necesitaba apoyos, aunque no dijese nada. Aparco en doble fila y toco el claxon un par de veces. Miro el reloj, aún faltan 40 min para que empiecen las clases.

La puerta se abre, pero es Jenna la que se asoma.

- Ya se ha ido Helen! - me saluda con la mano, hago lo mismo y arranco.

Raro... Elena nunca se iba con tanta antelación. Sólo hay otro lugar donde pueda estar, y no quiero dejarla sola.

Continúa en el Cementerio de Mystic Falls

Dejo el coche en la entrada, y camino hasta la puerta de casa.

- Mmm.... pasta! - digo abriendo la puerta al recibir el olor del tomate frito.

- ¡Hola cielo! - me saluda mi madre desde la cocina - ¿Qué tal las clases?

- Como siempre - dejo la chaqueta en el perchero - Hay un alumno nuevo. Stefan Salvatore, creo que se llama.

- ¿Salvatore? Entonces no será tan nuevo - me llega la voz de mi padre también, me acerco y lo veo sentado en el sillón.

- ¿Qué temprano has salido hoy no?

- No había mucho trabajo.

- Oye... - me quedo pensando en lo que dijo - ¿Cómo es eso que no es nuevo?

- Los Salvatore llevan años en Mystic Falls... de hecho es una de las familias fundadoras. Zach es el que vive aquí ahora.

Zach no me sonaba de nada... ni el apellido. Nunca lo había visto, y menos por tanto a Stefan...

- Mmm.. - es lo único que digo - ¿Bueno y dónde está mi pequeña? - pregunto mirando al no verla en ningún sitio.

- Está escondida arriba - susurra bajito mi madre.

- Ahh ya veo... - subo las escaleras y comienzo a hablar suficientemente alto como para que me escuche - ¿Aaisha? ¿Dónde estára Aisha? No la veo por ningún sitio... seguro se la llevaron los duendes... - escucho una pequeña risita.

Entro a mi cuarto y dejo el bolso encima de la cama, un pequeño ruido me indica que está detrás de la puerta de mi habitación.

- Diablos dónde estará esta niña.... - camino hacia la puerta despacio, y de un golpe la cierro descubriendo su escondite - ¡Te pillé!

- No se vaaaale, mamá te dijo! - replica sentada en el suelo.



- Anda ven aquí, ¿querías esconderte de mí? - la tomo en los brazos y la lleno de besos.

- Nooooo, paaara Heeell, me haces cosquillas - dice entre risas.

- Pues no me digas así renacuaja... Hell no es nombre para nadie.

- Entonces te llamaré Heaven - me da un beso en la mejilla y se baja, comenzando a correr hacia la cocina.

Me quito la camiseta que llevaba puesta y la dejo sobre la cama. Hace ya un par de horas que terminé de comer.

- ¿Me esperabas? - escucho la voz de Mike en la puerta de mi cuarto.

- ¡¿Qué haces aquí?! - corro hacia la puerta y lo hago entrar, cerrándola tras él.

- Tú madre me dejó entrar, legalmente eh! - dice acercándose a mí, y recuerdo las veces que ha intentado entrar por la ventana - He venido a buscarte para ir al Grill... aunque no sé si prefiero quedarme aquí - sonríe mirando la mitad de mi cuerpo casi desnudo.

- No seas tonto, mis padres están abajo - me aparto un poco de él pero me toma por la cintura, atrayéndome a su cuerpo.

- Te quiero Helen... - susurra mirando mis labios, y sin dejar que responda los besa con pasión, haciendo que se me corte el aliento.

- Mii-ke.... - digo exaltada cuando se aparta para dejarme respirar - ¿Estás un poco...? - sonrío mirándolo.

- Me gusta estar contigo, sólo eso. Venga, ¿estás lista?

Sonrío y busco otra camiseta para ponerme. Justo entonces entra Aisha en mi cuarto, qué genial era la intimidad en esta casa.

- Miiiiiike - se lanza a sus brazos.

- Cómo estás pequeña - dice alzándola por encima de los hombros.

- En realidad ya nos íbamos Aisha - digo cogiendo mi bolso.

- ¿Puedo iiir?- pregunta poniendo las manos tras la espalda y balanceándose un poco.

- No cielo... cuando seas mayor sí podrás, y te divertirás mucho.

Hace un puchero con los labios, y le doy un beso en la mejilla. Sigo creyendo que tengo la hermana más tierna y bonita de todo el mundo.

CONTINÚA EN CAFÉ MYSTIC GRILL

CONTINUACIÓN DE BOSQUES

Aparco el coche en el garaje, en seguida sale mi madre a la puerta.

- Cielo, ¿cómo vienes tan tarde? - pregunta mirándome.

- Pinché una rueda mamá... pero un amigo me ayudó, y me invitó.. - pensé bien que decir - a un café.

- Ahh cielos.. menos mal que te ayudaron, yo nunca sé cómo se cambian esas cosas.

- Si bueno - entramos ya en casa - subiré arriba, estoy muy cansada.

- Está bien, si quieres comer algo hay pollo en el horno. Ahh, se me olvidaba - me giro hacia ella antes de subir las escaleras a mi cuarto - Estuvo aquí Mike.

Se me hace un nudo en la garganta. Había pasado de él, y había apagado el móvil.

- Mmm - es lo único que respondo, mientras subo las escaleras y saco el móvil de mi bolsillo, encendiéndolo.

Cinco llamadas perdidas, dos menasjes de voz y uno de texto. Mierda... lo peor era que no tenía excusa, me había dejado convencer. Marco su número al momento.

- Hola.. ¿Mike? - pregunto hablándole al teléfono.

- ¿Helen? ¡Al fin! ¿Por qué no contestaste mis llamadas? Tenías el móvil apagado - dice con voz seria.

- Lo siento, lo siento muchísimo... verás es que tenía que pasar a casa de mi tía, y pinché una rueda. Menos mal que encontré a Stefan, que vivía muy cerca, él y su hermano me ayudaron, y me invitaron a su casa.

- Espera espera... ¿estuviste en casa de Stefan? ¿Y quién es su hermano? - ahora su voz se mostraba un poco enfadada.

- Sí... quedaba muy cerca, y me invitaron a tomar algo. Y su hermano bueno... no me cayó demasiado bien. Los veremos mañana en la fiesta supongo.

- Helen... no sé.. ¿por qué te quedaste en su casa por la noche, a estas horas? Habíamos quedado.

- Lo sé Mike lo siento mucho. Es que bueno - busqué qué decir - Stefan me ayudó con la rueda y me pareció correcto aceptar su invitación, no fue mucho tiempo.

- Bueno, está bien... no importa - aunque en el fondo notaba que no le había gustado demasiado - Te he dejado un paquete sobre tu cama. Nos vemos mañana, te quiero...

- Y yo a ti, Mike. Te quiero - cuelgo el teléfono y miro la gran caja cuadrada que hay a mi lado, adornada con un gran lazo rojo. Me siento en la cama y quito el lazo, abriéndola.

- Vaya... - murmuro al sacar el vestido de su caja; lo cierto es que era precioso, Mike sabía acertar como nadie, mañana se lo agradecería.

Me tiro en la cama como un peso muerto, bufando. No le había dicho a Mike que había sido el hermano el que me había invitado, ni tampoco, que yo quise ir. Y ni siquiera sé por qué mierda lo hice. Sólo esperaba que con suerte mañana, no tuviese que volver a ver esos ojos irritantes.

Termino de ponerme el pijama, y dejo el móvil en la mesita. Saco mi diario de del cajón, junto con mi pluma favorita, regalo de mi padre hacía unos meses. Escribo todo lo que pienso, siento, incluso cosas... que no me atrevería a decir en voz alta. Todo era... demasiado extraño.

diario:

Vuelvo a guardar el librito en el cajón, y me tumbo boca arriba. Trato de dejar la mente en blanco, relajarme... aunque es bastante difícil. Finalmente apago la luz y cierro los ojos. Mañana será otro día, mejor, espero.

Suena el despertador y salto de un brinco. Que raro que Aisha no apareciera antes por aquí, es increíble que haya podido dormir hasta las 12. Hoy no tenemos clases, cortesía del director para poder organizar debidamente los preparativos de la fiesta. Muchas tenían ya cita en la peluquería y demás, aunque yo pasaba bastante de esas cosas, sabía arreglarme bastante bien sola.

Me levanto de la cama, y veo que mi vestido ya está colgado de una percha en la puerta del armario.

- Mamá - digo en voz alta sonriendo.

Bajo a desayunar, Aisha está en un almuerzo-cumpleaños con una niñita de parvulario (tipo kinder), ya me extrañaba la calma en la casa. Así podría darme una ducha tranquilamente, dedicaría la mañana a hacer las tareas del instituto para tener la tarde y el fin de semana libre. Y por supuesto, después de comer me pondría con todo lo de la fiesta.

Pongo una última capa de brillo sobre el esmalte, y dejo secar las uñas.



Me gusta prepararme con tiempo,y no tengo nada mejor que hacer. Mientras espero que se sequen escribo un mensaje para las chicas.

¿Nerviosas? Yo casi me aburro... ¡que llegue la fiesta YA! (K)

Dejo el móvil sobre la mesilla de nuevo, justo cuando mi madre llega con un par de botes de mascarillas y cremas.

- ¡Te voy a dejar radiante cielo! - dice dejando los potingues sobre la cama, y tumbándome hacia atrás.

Me río y me dejo hacer, aún faltan 3 horas para la fiesta.

Termino de arreglarme el cabello. Suelo llevarlo suelto, pero para esta ocasión llevo un recogido bajo e informal, a mamá le encanta. Me pongo el vestido con cuidado, y después los zapatos.

- Queee papatooos! yo quiero ponerme!! - Aisha entra en la habitación y me quita uno de los zapatos, trata de meter su pie dentro pero obviamente no llena ni la mitad - Joooo!

Se lo quito y lo vuelvo a colocar.



Doy unos retoques más al maquillaje, voy muy natural, únicamente recalco mis ojos verdes con sombra negra y marrón.

- Tas muy guapa hermanita - Aisha se abraza a mis rodillas, yo me agacho a su lado y la beso.

- Tú sí que eres guapa.

Meto el móvil, las llaves y algo de dinero en el pequeño bolso, junto con la cámara y un par de cosas más, y bajo hacia el salón, donde mis padres me esperaban, ya vestidos.

- Estás preciosa cielo - dice mi padre besándome en la frente.

- Gracias papá.

- Siéntate ahí que te hago una foto - dice mi madre.

Me apoyo en la mesa y poso, sé que le encanta hacer muchas fotos.



- ¿Estais listos? - pregunto yo.

Aisha se quedaría con mi tía, mis padres obviamente, como familia fundadora que era, acudirían también al baile.

Me indica la dirección a su casa y no me hace falta prestarle demasiada atención para saber en donde queda. Me conozco Mystic Falls como la palma de mi mano, y tampoco es que este pueblucho sea demasiado grande..

- ¿Entonces? - su voz irrumpe el delicioso silencio - ya puedo irme a casa..

- Ya eres libre - sonrío mientras le hecho una mirada al terreno por el retrovisor - por esta noche - aseguro.. - te veré mañana - agrego y detengo el coche.

- ¿Mañana? - inquiere..

- Hacer todo lo que digo - la miro - ¿lo recuerdas?..

- Lo recordare - asegura..

- Bien... - suspiro en plan de drama - ya puedes bajarte..

La chica resopla algo sin sentido y coge la manilla de la puerta para abrirla, pero la detengo en el acto haciendo que se gire y me mire fijo a los ojos..

- Olvidaras cualquier acto extraño esta noche - murmuro - la sangre en la nevera.. y cuando tu novio te pregunte a donde fuiste, dile que Damon Salvatore te rapto....

Sus palabras quedan grabadas en mi mente, y lo que me dice es lo que haré. No tengo más opción, eso es lo que debo hacer. Me aparto de sus ojos y bajo del coche, camino a paso rápido hasta mi casa, y no comienzo a sentirme mejor hasta que estoy dentro.

Me apoyo de espaldas a la puerta y suspiro unas cuantas veces. Es ahora, lejos de él, cuando me doy cuenta de cómo fueron realmente las cosas. No comprendía la mitad de lo que había sucedido esta noche, mi voluntad estaba dudosa en algunos de mis actos, pero por algún motivo los hice, algún motivo que no lograba comprender. No quería estar cerca de Damon... sabía que nada bueno podría ocurrirme con él, y me preocupara que hubiese dicho que nos veríamos mañana. Quizás, si no salga de casa, no pueda encontrarme...

Subo las escaleras despacio, y tras comprobar que mis padres aún no han llegado, subo a mi habitación. Aisha está en casa de mi tía, por suerte, así que estoy sola en casa. Dejo los tacones a un lado, y me pongo un camisón. Voy hacia el baño y comienzo a desmaquillarme, cuando escucho llamar a la puerta.

Doy un salto y me asusto, noto las lágrimas humedeciendo mis ojos. Damon ha vuelto. No quiero que venga, quiero estar sola, él me ha raptado. De nuevo el timbre vuelve a sonar, y unos nudillos golpean la puerta. No bajaría a abrir por nada del mundo...

Voy hasta mi cama y me acurruco en ella, espero unos minutos para comprobar que ya se ha ido, cuando de nuevo, esta vez en mi ventana, escucho unos pequeños golpecitos, como de piedras rebotando en el cristal.

- Helen! - pero la voz que escucho susurrar mi nombre, no es la de Damon, espero que me llame una segunda vez, y cuando estoy completamente segura, voy hacia la ventana.

Era Mike el que estaba allí abajo llamándome.

-Porque no me abres la puerta?-Pregunto confuso mientras ella mira abajo desde su ventana

-Mike!-Oigo como ella grita mi nombre feliz y luego se devuelve, imagino para abrirme la puerta, comienzo a contar los segundos, a la espera de que abra y la pueda abrazar, me habia preocupado mucho, pero ahora sabia que estaba bien, pasaron varios segundos antes de que escuchara sus pasos cerca y como abria el cerrojo de la puerta

-Porque no me avisaste que venias para aca?-Le pregunte un poco enojado-Debes saber que me la pase muy mal, estaba preocupado-Coloque un pie dentro de la casa, y Helen aun estaba dudosa en la puerta-Ocurre algo?

No sabía por donde empezar, ni cómo explicarle. Pero tenía que decirle que Damon me había raptado, aunque sabía que eso lo alteraría muchísimo, y que la próxima vez que viese a Damon, algo ocurriría. Quería evitarlo, pero no podía, yo tenía que decirle eso.

Sin darme cuenta una lágrima desciende por mi mejilla, estoy asustada, están sucediendo cosas que no entiendo y tengo miedo, y también, miedo de que él no me crea, y no me apoye...

- ¿Qué ocurre Helen? - su enfado se borra un poco al verme llorar, da dos pasos hacia mí y acaricia mi cara.

- No se.. - la voz se hace un nudo en mi garganta y no soy quien ni de hablar coherentemente - Subamos arriba, estamos solos.

Subo las escaleras, y Mike viene detrás. Sé que tiene mil y una preguntas en su mente, y aún está enfadado, con mucha razón. Y lo peor, que se iba a enfadar aún más... Cuando llegamos a mi habitación, el móvil vibraba en la mesita. Tenía un mensaje de Elena, y una llamada perdida de Bonnie. Escribí un mensaje rápido para las dos.

Estoy bien, creo... estoy en casa. Mike está conmigo. Mañana os cuento, Helen.

- ¿Vas a decirme de una vez qué es lo que pasa? ¿Por qué te fuiste sin más? - sigue de pie, cerca de la puerta.

Yo me siento en la cama y froto una mano contra la otra.

- Mike yo... - comienzo a hablar, y sólo puedo decirle lo que me han dicho, que es lo que ha ocurrido - Estaba fuera en el balcón, Bonnie se fue con su abuela... y vino Damon.

- No es posible. Dime que tú no te fuiste con él - sus puños están apretados, no quiero ver la decepción en sus ojos porque no, no me fui con él, él me obligó.

- No! - comienzo a llorar, se me atropellan las palabras - Yo no quería ir Mike... él... Damon me raptó... me llevó a su casa... no pude evitarlo... y siento algo en el pecho que me aprisiona... tengo miedo Mike, no me gusta que esté cerca, estoy asustada.

Y verla asi tan delicada, con lagrimas en su bello rostro, idefensa........ me quita todo el enfado que llevaba por su partida y me acerco a su cama, me siento a su lado y la envuelvo en mis brazos, y la comienzo a mecer, y con cada palabra que decia mi odio hacia Damon crecia y crecia, que la rapto?, este tipo la iba a pagar demasiado caro

-Pero te ha hecho daño?-Niega con la cabeza, la mezo un poco mas rapido y susurro-No tengas miedo, yo estoy aca, para ti, ese tipo no te volvera a hacer daño, no te va a olbigar a irte con él, no tendras mas miedo de él, porque yo no le permitire hacerlo, lo sabes, no dejare que nadie te haga daño-Y es una promesa que que le hago a ella, per tambien me la hago a mi mismo, no soportaba verla haci, tan fragil, por culpa de ese tipo-Y como te obligo a irte con él?-No me cabia en la cabeza como él pudiera raptarla, Helen no se dejaria, asi sin mas, algo malo le debio haber hecho, juro que lo pagaria

- Justo cuando tú saliste, te iba a llamar, y tapó mi boca... nos sacó de allí por la fuerza... - digo sin estar segura del todo, porque no sabía bien si había sido por la fuerza, o cómo, sólo sé que yo no quería irme con él, pero de algún modo él hacía todo lo que quería.

- Juro que ese Damon me las va a pagar... - sigue abrazándome y hablando para sí.

- No por favor - levanto mi cabeza y lo miro - Mike déjalo así, seguro es lo que quiere, molestarte, enfadar a los demás. No entres en su juego.

- Pero no puede hacer lo que quiera contigo, ni raptarte, y quedarse como si nada.

- Déjalo por favor... no me gusta Mike, no sé cómo explicarlo... pero creo que es peligroso. No quiero que te pase nada - sujeto su cara entre mis manos y apoyo mi frente en la suya, mientras los restos de lágrimas se secan en mis mejillas.

Paso mi mano por sus mejillas para quitar el rastro de las lagrimas que salieron

-Y crees que yoo quiero que a ti te suceda algo?-Pregunto dandole un beso en su cabeza-No lo voy a dejar asi, el no puede hacer eso, y si lo vuelve a hacer?, no no lo voy a dejar

-Mike, no, por favoor

-Helen, no voy a dejar que nada malo te pase a ti

-Pero puede ser peligroso

-No le tengo miedo a ese tipo, Helen, él solo es para aparentar, no creo que sea muy bueno en alguna otra cosa que no sea alabandose a si mismo

-Creeme, es peligroso y extraño, no puedes ir contra él

-No voy a dejar que se salga con la suya-Y lo digo con tono fuerte y claro para dejar terminado el tema, el no se metia con ella y no pagaba las consecuencias

Su tono es firme y claro, sé que cuando se le mete algo en la cabeza no hay vuelta atrás, hará lo que cree correcto, o simplemente lo que quiere.

- Bueno, no quiero hablar más de esto hoy... - susurro cerrando los ojos, sólo quiero olvidarme de todo y descansar, a su lado.

- ¿Estás segura que no te hizo nada? - pregunta acariciando mi pelo.

- No... - aunque en su casa sí habían pasado cosas, habíamos bailado, bebido, pero yo no quería hacer eso, como decirlo, era como si... no controlase mi voluntad - Mike... sabes como es Damon... estoy segura que te dirá cosas feas de mí, que quise ir con él, nose...

- No te preocupes... mejor descansa, hablaremos mañana.

Me muevo encima de la cama, apoyando mi cabeza en la almohada, y tumbándome de lado.

- Mike... ¿Podrías quedarte conmigo, esta noche?

- ¿Y tus padres? - pregunta acercándose más a mí.

- No creo que entren aquí... y sino no me importa, no quiero dormir sola.

Entre las oscuridad de la habitación me parece ver una pequeña sonrisa, esa que tanto me gusta. Se quita la camiseta y los zapatos, y desabrocha su pantalón. Se tumba en la cama, a mi lado, y nos tapa a ambos con la sábana. Me apego más a él, dejando una de mis manos en su cara, y la otra rodeando su cintura.

- Yo cuidaré de ti... - susurra y besa mis labios, yo sólo cierro los ojos, y sabiendo que él vela por mi sueño, pronto me quedo dormida.

Abro los ojos despacio, me duele bastante la cabeza, seguramente debido a las copas que me había tomado ayer. Mike sigue dormido, y tiene una de sus manos aún entrelazada con la mía. Sonrío y me alegro de tenerlo allí, de haber encontrado a alguien como él. Es demasiado bueno.

- Cariño... - susurro en su oído bajito, no escucho movimiento en mi casa, pero mis padres no deberían saber que había pasado la noche aquí - Mike despierta...

Gira la cabeza un par de veces, y entreabre los ojos, acostumbrándose a la oscuridad de la habitación.

- ¿Ya es por la mañana? - pregunta incorporándose un poco.

- Son más de las diez... tus padres se preguntarán donde están.

- Cierto, no avisé... - se sienta en la cama y se pone la camisa - ¿Cómo estás?

- Mejor... lo de ayer ya es agua pasada - le digo sonriendo, y en parte es verdad, me encontraba bastante mejor.

- Bueno, yo veré qué puedo hacer con eso - se levanta de la cama y recoge sus cosas, terminando de vestirse.

Giro los ojos y no digo nada, porque sé que no me hará ni caso. Cuando está listo, entreabro un poco la puerta y escucho. Nadie en la cocina, tendría que probar suerte. Bajamos las escaleras apresurados, y abrí la puerta aprisa pero tratando que no hiciese ruído.

- Gracias por quedarte... te amo - susurro antes de que se vaya, él me responde con un beso.

Cierro y subo las escaleras, mis padres quizás estén durmiendo aún. Vuelvo a mi habitación, aún me apetece dormir un par de horas más, cuando escucho un extraño ruído. Me quedo escuchando unos segundos, por si me lo había imaginado, pero vuelvo a escuchar lo mismo, como si hubiera alguien en el tejado.

Tomo el móvil y tecleo el número de Mike, sin darle al botón de llamada, simplemente dejándolo listo, por si acaso. Salgo al pasillo con el teléfono en la mano, y me siento como en una estúpida película de terror, en las que siempre dices "pero no salgas, por qué sales? escóndete entre las sábanas!", pero la protagonista no hacía caso, y casi siempre moría.

Basta de tonterías, Helen.... me dije a mí misma. Además, no estaba sola en casa, y Damon no podría entrar... ¿no? Rápidamente fui a la habitación de mis padres,.

- Papá - sólo él estaba en cama - Papá! ¿Escuchas eso? - pregunto cuando consigo despertarlo.

- Emmm... tu madre.. está en el desván buscando no se qué de unas fotos... - se gira y vuelve a dormirse.

Ufff.... menudo alivio. Borro el número que había marcado y tecleo el móvil, casi dan ganas de reírme de lo que me había asustado. Decido subir hasta donde está mi madre, sigo hasta el fondo del pasillo, donde unas pequeñas escaleras llevan al desván.

- ¿Mamá? - la llamo mientras subo, antes de encontrarla sentada entre unas cajas viejas - ¿Qué haces?

- ¿Ya estás despierta cielo? Siento si te hago ruido... es que tu tío Charlie no tiene nada mejor que hacer que despertarme un sábado temprano para que le busque unas fotos antiguas. Quiere regalarle un álbum a tu tía Sally, y pidió las fotos a última hora.

- Vaya... ¿sí que son viejas no? - pregunto agachándome a su lado, y tomando una de ellas, en donde salían mi madre y mi tía con unos 5 y 7 años, una foto en blanco y negro.

Saqué un par más de la caja, resultaban graciosas, estaban casi irreconocibles. También salía mi abuela, y otras mujeres de mi familia.

- Y esto... ¿qué es? - pregunto sacándolo de una caja más apartada.



- ¡Deja eso! - mi madre me quita el libro de las manos, literalmente.

- ¿Qué pasa? ¿Está envenenado o algo? - pregunto bromeando por la rapidez que me lo quitó, aunque mamá está casi blanca, y no parece hacerle ninguna gracia.

- No es nada, es un libro viejo que leíamos de niñas.

- ¿Puedo..? - no termino la frase cuando ya me interrumpe.

- No. Vuélvete a dormir - pone el libro en una caja más lejana y sigue mirando las fotos.

Yo levanto los brazos en señal de no entender nada, aunque me picaba un poco la curiosidad. ¿Por qué no querría que lo viese? Quizás era su diario personal, o algo que escribía de niña y le tenía vergüenza de que lo viese. No le di más vueltas, por el momento, y bajé a dormir otro rato más.

Abro los ojos y me levanto, aún un poco adormilada. Miro el reloj, ahora son casi las 1 pm, tendría que bajar a comer... Aparto las cortinas, levanto las persianas y abro la ventana para que se airee un poco la habitación. Uffff.... sí que hacía sol hoy.

- ¿Mamá? ¿Aisha? - pregunto al salir de mi cuarto y no ver a nadie. Lo único que veo son un montón de bolsas de basura en el pasillo, repletas de cosas.

- Estoy fuera cielo! - escucho la voz de mi madre un poco lejana - Estoy sacando la basura.

- Le ha dado por hacer limpieza en el desván hoy... cómo le gusta trabajar en sábado - dice mi padre bajando las escaleras, y llevándose un par de bolsas.

Giro la cabeza y veo las 3 bolsas que quedan, por una de ellas asoma un trocito de lazo amarillo. Eso me sonaba, lo había visto esta mañana en... Si. Me acerco a la bolsa y me agacho a su lado, desatando el nudo y abriéndola un poco. Había un montón de papeles antiguos, unos juguetes viejos de Aisha, y por encima estaba aquel libro que esta mañana me había quitado mi madre. Cuando lo saqué, me pareció más bonito incluso que aquella mañana. Igual a mi madre no le importaba que lo cogiera, total, si lo iba a tirar...

- Baja las últimas dos Richard - escucho la voz de mi madre, ahora un poco más cerca, hablando con papá.

Cierro la bolsa lo más rápido que puedo, y sólo me da tiempo a levantarme y esconder tras de mí el libro, cuando mi padre llega para llevarse los dos últimos bultos. Sonrío disimulando, y en cuanto se va, entro a mi cuarto. Cierro con llave (ventaja que me había ganado a partir de los 15 años, un poco de intimidad no venía mal).

Me siento en la cama y dejo el libro encima. Vuelvo a mirarlo.



Toco la solapa y pasa a través de mí una pequeña corriente. Lo suelto de golpe y llevo las manos hacia atrás extrañada.

- ¿Pero qué...? - debió de ser cosa mía, no podía darme corriente un libro.

Vuelvo a tocarlo, con un poco de miedo, le doy con el dedo y lo aparto, así varias veces, hasta que me aseguro que no da calambre (si, me sentía un poco ridícula). De nuevo paso mi mano por la solapa, y me maravilla el tacto. Mezcla de madera y antigüedad, justamente rugoso, y dorado. Lo abrí por la primera página, me costó un poco hacerlo, como si llevase mucho tiempo cerrado, o como si... nada, tonterías. Había varios nombres escritos, nombres con mi apellido, y algunos otros. Reconocí el de mi abuela... Emma Roberts. Había letras y firmas, de distintas caligrafías. Igual era una especie de diario familiar, que se transmitía de unos a otros, y por eso mi madre lo tenía. Seguí pasando páginas, pero ahora no entendía nada. Había dibujos extraños, círculos y estrellas, palabras en latín que no comprendía, más dibujos y explicaciones al lado.

- Pyrokinesis, inmunidad a la imposición, aerokinesis.... qué diablos es esto - leo en voz alta.

Spoiler:

Paso las páginas sin entender casi nada, puesto que este libro no tenía sentido alguno, ni que mi madre lo guardase, ni que lo quisiese tirar, ni que el nombre de mis antepasados aparecieran. Llego hasta la última página, donde aparece una frase escrita a mano, con caligrafía muy antigua, tanto que casi me costaba leer lo que ponía.

Now it's your turn. Take care of our family, it's your duty. You're a witch.

Suelto el libro en la cama, que se cierra en el acto. Me echo hacia atrás y me apoyo en el cabecero, encogiendo mis rodillas. Y de la nada, siento el aire de la habitación comienza a condensarse, levantándose un poco de viento, revoloteando algunos papeles que tenía en mi escritorio. Cierro los ojos con fuerza, pensando que no es real, que las tonterías que acabo de leer no son más que eso, tonterías, pero no puedo hacerlo, porque aunque sea mentira, tengo miedo...

Entonces mi móvil vibra en la mesita, y suelto un pequeño grito por el susto, todo vuelve a la normalidad. El viento se ha calmado, y todo está en orden.

- ¿Helen estás bien? - la voz de mi madre abajo de las escaleras.

- Si... - digo sin mucha confianza, cojo el libro y lo guardo en mi bolso, después, atiendo la llamada.

CONVERSACIÓN TELEFÓNICA BENNETT HOUSE - EVANS HOUSE

- ¡Heleeeen! ¿Qué tal estás ? - Bonnie al otro lado.

- Estoy bien.. - miento - ¿Y tú?

- ¿Hey seguro que va todo bien? - vuelve a preguntar, y no sé qué responder. Algo tipo... ayer Damon me raptó, estoy asustada, ah! además he encontrado un libro de... ¿magia? y al aire se levantó a mi alrededor.

- Si.. Buenoo.. - dudo en decir - me esán succediendo cosas.. raras..

- Ooh. ¿Qué clase de cosas ? ¿Y ayer que ocurrió? Te fuiste sin despedirte..

- Emm, no sé Bonnie, es todo demasiado extraño, y difícil de explicar - no sé ni por donde empezar.

- ¿Por qué no vienes a casa y me explicas? Trataré de ayudarte si puedo.

- No creo que puedas - murmuro para mí - Está bien, nos vemos en tu casa en un rato.

Me despido de ella y cuelgo. No tenía idea de qué iba a decirle, pero necesitaba hablar con alguien, de lo que fuera. Me ducho y me visto lo más deprisa que puedo, y en cuanto termino bajo a comer algo rápido.

- ¿No nos esperas para comer? - mi madre llega a la cocina.

- No tengo mucha hambre... además he quedado con Bonnie - tomo un yogurth y una fruta, y desaparezco lo más rápido posible. Mi cara era como un libro abierto, se me notaba demasiado cuando ocurría algo, y a mi madre por supuesto no podía decirle nada.

En cuanto termino subo de vuelta a mi cuarto, cojo una chaqueta y el bolso, el mismo donde estaba guardado... el libro. Bajo las escaleras y le digo adiós a mis padres, que ahora van a hacer algo en el jardín. Justo cuando abro la puerta de casa, veo a Elena a punto de llamar.

- ¡Elena! ¿Qué haces aquí? - pregunto poniéndome la chaqueta, con la puerta abierta.

- Eh... pasaba por aquí, y quería ver qué tal estabas - responde un poco rara.

- ¿Lo dices por el mensaje de ayer?

- Si claro - dice dudosa - ¿Por qué no me invitas a pasar y hablamos?

- Lo cierto es que ya me iba... he quedado con Bonnie, pero puedes venirte también - digo mientras cierro la puerta de casa.

- En realidad tengo cosas que hacer, sólo me pasaba un momento. También quería saber... ¿has visto a Stefan?

- ¿Cómo si lo he visto? - pregunto sin entender - Supongo que estará en su casa, no se.

- Claro, la vieja Mansión de los Salvatore - responde más para sí misma que para mí - Creo que iré a hacerle una visita.

- Uy sí que va en serio no? - respondo riéndome - ¿Qué tal ayer?

- Bien bien, bueno en fin... me voy! - dice empezando a caminar.

- Adiós! Ah! - añado - Y te queda bien así el pelo... es un poco raro verte con él rizado, pero te queda bien. Ganas un par de años - le guiño un ojo y subo a mi coche.

CONTINÚA EN LA CASA DE LOS BENNETT

Desde que tengo esa casa en los alrededores de este pueblo estuve espiando algo a la gente de Mystic Falls.. Esta tal Helen seguro que tenía alguna información sobre mis queridos Salvatore. Justo iba a llamar a la puerta y me abrió la chica.

- ¡Elena! ¿Qué haces aquí? - Hice como si fuera ella, tenía que sacarle información, esto podía ser divertido.

- Eh... pasaba por aquí, y quería ver qué tal estabas.

- ¿Lo dices por el mensaje de ayer?

- Si claro.. ¿Por qué no me invitas a pasar y hablamos?

Uh, tenía que irse.. Podría haberle controlado la mente, pero no lo hice.. Solo quería saber dónde estaban los dos hermanos.

- Claro, la vieja Mansión de los Salvatore - Hice una sonrisa maquiavélica - Creo que iré a hacerle una visita.

Me preguntó no se que más y me contenté de responderle con un ''Bien bien, tengo que irme'', mi mente estaba en otro lado..

Tuviste suerte, Helen, otro día haré lo que quiera de ti, pero hoy no, mis Salvatore me esperan.

CONTINÚA EN MANSIÓN SALVATORE.

- Yo no vivo en un mundo de color de rosa - digo en cuanto nos dirigimos hacia mi casa - Nadie es perfecto, tú no lo eres, yo tampoco.

- En eso te equivocas - dice mientras gira a la derecha - Yo sí soy perfecto - hace amago de sonreír, pero le sale mal, de nuevo estaba como... ¿deprimido? No, esa no era la palabra. Ya sabía, la frase perfecta, para lo que hacía... Damon se ponía la coraza.

- ¿Qué te pasa ahora? - pregunto mirándolo.

- Nada - dice serio.

- No es lo que parece.

- He dicho que NA-DA, a ver si te callas de una maldita vez.

Y su voz destila odio, agresividad, odio que me trate así. Aunque me borrase la memoria, en un pequeño rincón de mí creía que había cambiado un poco, al menos conmigo, que ya no tenía que tratarme como una mierda para sentirse mejor. Siento cómo mis ojos se humedecen, y me siento estúpida por eso, por darle oportunidades a quien no lo merecía. Ni siquiera todo el dolor del mundo que le hubieran hecho, podría justificar que me tratase así.

Simplemente me callo y miro al frente. Agotada, abatida. Quiero llegar a mi casa, dejar de pensar en Damon, y empezar a leer el grimorio. No debía ser débil, ésta sería la última vez que podría manipularme, ni él ni nadie.

Aparca el coche cerca de mi casa, sin más demora me quito el cinturón y me volteo para mirarlo.

- Hazlo de una vez, es lo único que quiero - le espeto con un poco de ira.

- Mira - suelto una carcajada - pero que rápido cambias de opinión.. lo se, así son los humanos.

Aparco el coche justo frente a su casa, apago las luces y me muevo un poco sobre el asiento..

- No suelo cambiar tan rápido de opinión.. - aclara.

- ¿Ya se te quitaron las ganas de querer salvar la vida de alguien que esta muerto?.. - entorno mis ojos haciendo una mueca.

- No entien...

- No seas lenta - alcanzo a decir - quise decir que ¿como pretendes darme ganas de vivir si estoy muerto?..

- No lo estas - ¿no se cansa de ser tan terca? - vale si, - agrega al ver mi expresión - pero no del todo, hay algo humano aun en ti...

- Respuesta incorrecta..

- Eres imposible - bufa..

- Respuesta correcta - sonrío..

Hace ademan de coger la manilla de la puerta y entonces detengo su mano, clavando mis ojos en los suyos..

- Eres terca Helen.... - murmuro en voz baja - muy terca...

- Me lo dicen muy seguido - responde con un hilo de voz, comienza a perderse en mi mirar...

- Sabes mucho de mi - afirmo - por lo cual quiero que te olvides de todo lo ocurrido el día de hoy..

- ¿Todo el día?, ¿como si no fuese existido? - pregunta aturdida..

- Esta bien, no seré tan malo esta vez - bromeo.. - ¿en donde estabas justo antes de ir al Grill?..

- En casa de Bonnie - responde rápidamente..

- Pues bien - suspiro en plan de drama - Solo recordaras que estuviste en cada de Bonnie, fuiste al Grill y nos tomamos unas copas, luego te traje a casa y me despedí de ti como siempre. Nunca sabrás lo que sabias hasta hace un momento...

Sus palabras quedan grabadas en mi mente, que hace un "click" y todo cambia. Muevo los ojos aturdida, y es como si despertara de algo. Estaba en el coche de Damon, había ido a tomar unas copas con él... pero todo era raro.

Recuerdo la conversación con la abuela de Bonnie, todo lo que nos dijo, la capacidad de los vampiros para manipular las mentes humanas, la capacidad de Damon.

Lo miro durante unos segundos, él sólo sonríe de forma pícara. No. Aquí había pasado algo raro. Estaba segura. ¿Volver con Damon de algún sitio? Seguro que me había hecho eso de la mente, estaba completamente segura. La cuestión era... ¿qué me había hecho olvidar¿ Quizás más tarde lo recordase, quizás no logró lo que quería... porque estaba claro, esta vez no le había salido del todo bien, mi cambio a bruja debía de estar muy cerca, porque sabía que algo había fallado.

- ¿Vas a quedarte aquí toda la noche? Porque si es así prefiero que lo hagamos en una cama - se ríe.

Abro la manilla de la puerta y me bajo del coche sin siquiera despedirme. La cierro de un portazo y camino hasta la entrada. Saco las llaves y abro, y aún con la puerta abierta, me giro para verlo. Sigue allí parado, por algún motivo, y siento cómo una fuerza interior me sube por el pecho y me incita a hacer algo, a decirle algo.

- Esta es la última vez que borras mi memoria, Damon Salvatore - digo bien alto, de forma que sé que él, por ser vampiro, puede escucharme.

Y nada más lo digo entro en casa y cierro la puerta. Me apoyo en ella y suspiro, pensando "Eres una suicida Helen". Mi mente se volvía más confusa cada minuto que pasaba con él, pero eso se había acabado. Nunca más me manipularía, no sería más la indefensa Helen. Subí despacio hacia las habitaciones, ya todos dormían. Me acerqué al cuarto de Aisha, la arropé y le di un beso en la frente; hoy no la había visto en todo el día. Y mientras miraba su rostro angelical soñar bajo la tenue iluminación de la luna, me propuse un objetivo. Cuando Aisha creciera, no habría vampiros en Mystic Falls. Ella también tenía sangre de bruja, y no quería que tuviera que pasar por esto. Yo me encargaría de ello.

Fui hasta mi habitación, y tras mirar el móvil (raro que no tenía llamadas de Mike), me puse el pijama y tomé el libro que tenía en mi bolso. Me senté en la cama y comencé a leer, a descifrar, a pronunciar palabras imposibles. Mañana, cuando saliese el sol, ya no sería una simple humana.