Mansión Salvatore

- ¿Te han comido la lengua los ratones Damon?

- Katherine - parece.. ¿asustado?

- Haaa, ¡por fin! Pensé que no sabías hablar.

- ¿Qué haces aqui? Tú.. tú..

- ¿Acaso, tienes miedo, Damon?

- Qué va... Pero si tú.. Estabas.. en la tumba. - dijo eso recalcando la palabra tumba.

- Si, si, si Damon. - dije eso de manera aburrida. - hay muchas cosas que no sabes. ¿Y Stefan? - había que cabrearlo un poco, ¿no? Hablarle de Stefan, recordarle mi preferencia hacia el después de tantos años, seguro que lo enfurecía. Esto promete ser interesante. La expresión de Damon se tornó al odio.

Y todo se me hace demasiado confuso, demasiado es quedarse coso, excesivamente confuso. ¿Que hace aquí? ¿Como ha salido de la tumba?....

Entonces pienso que una parte de mis planes ya se ha solucionado y me siento alegre por ello..

Pero la alegría dura demasiado poco, cuando pregunta por Stefan..

- ¿Viniste a buscarlo?... - pregunto malhumorado.

- ¿No esta en casa?...

- No me respondas con una pregunta Katherine... ¿a que has venido?

- ¿Por qué haces tantas preguntas Damon?

- ¿Por qué viniste? - sigue insistiendo.

- Antes no eras asi.. eras más divertido.

- Cóntestame.

- ¿Me has echado de menos? - dije con una sonrisa sádica.

- No... para nada..

- Venga Damon, nos conocemos desde tantos años, o más bien siglos, ¿y piensas que me voy a tragar esa chorrada?

- No cambies de tema.

- Tú no cambies de tema - recalqué la palabra ''tú''.

- Empece a preguntando yo, y estás en mi casa, un poco de cortesía no estaría demás - dijo con su sonrisa medio torcida, mi favorita en otros tiempos.

- Podrías ser un poco más cordial con tu invitada.

- No eres la bienvenida aqui, Katherine.

- ¿Ah no?

- Bueno.. - cambia de tema - y si llevas tanto tiempo aqui, ¿por qué no viniste antes a buscarme?

- ¿Quién te dijo que vine a buscarte a ti? - golpe bajo.

- Entonces puedes regresar por donde entraste.. - respondo como quien no quiere la cosa, como si su comentario no haya dolido lo suficiente...

Porque he soñado con este momento, con volver a verla.. y resulta que ni siquiera se acerca a lo que he imaginado, porque es muchísimo peor..

- ¿No me echaste de menos? - vuelve a preguntar y camino tras el sofá hasta llegar al frente, cerca de mi, pero se detiene...

Sin querer doy un paso atrás, como no queriéndola tener cerca.. pensando en que aun podría resistirme.

- ¿Eso importa?...

- Oh Vamos - sonríe - aunque sea un poco debiste extrañarme...

¿Un poco? - pienso - Si supieras que estaba intentando sacarte de la tumba y que estas en mi memoria todo el tiempo que me permito pensarte.

- ¿Y tu Katherine.... - murmuro - ¿tu me echaste de menos?

- ¿Y tu Katherine.... - murmura - ¿tu me echaste de menos?

- Contesta tú primero. Aunque ya conozco la respuesta de sobras.

- ¿Y entonces para que quieres que conteste?

- Quiero oirte decirlo, en voz alta.

- No - mentira - bueno.. si, Katherine, si que te he echado de menos. - poco a poco se iba acercando - ¿y tú?

- Bueno.. si. - lo miraba directamente a los ojos.

- Katherine.. no me importa que no hayas venido a por mi - dudaba cuando hablaba - podemos empezar todo de nuevo, si quieres - confiesa - cada vez se acercaba más, había olvidado el Damon tierno y sentimental. ¿Realmente eran esos sus sentimientos? Entonces.. ¿No me odiaba?

Sin pensarlo más, doy el último paso que nos separa, cojo su cara entre mis manos y lo beso, con pasión, como antes, había extrañado esto. Puso sus manos en mi cintura y respondió al beso. Al cabo de unos segundos nos separamos, no sin antes darme un suave beso en los labios. Había un brillo especial en sus ojos.

- Damon.. tengo que confesarte algo.

- No lo aruines todo, por favor - dijo casi suplicando, como adivinando lo que iba a decir.

- Lo siento, yo.. siempre fue Stefan, siempre ha sido él. Siempre lo he querido a él.

Su expresión cambió instantáneamente. El brillo que pude percibir en sus ojos segundos antes había desaparecido y sustituido por una mirada que expresaba odio.

- Entonces, ¿por qué me convertiste..?

- Para que Stefan no se quedara solo..

Me besa y mi mente se dirige al año 1864.. comienzo a recordar los momentos vividos, los buenos, los malos, los no tan malos y los excelentes....

Tantos besos y tantas caricias dadas creo que se volvieron nada, que valieron nada para Katherine, yo por mi parte mantengo en mi memoria cada momento vivido...

IMAGEN RECORDADA:

- ¿En que piensas?.. - su pregunta me distrae.

- Simplemente recordando...

- Joooo - hace ese gesto todo ñoño - ¿estas recordando nuestros momentos?..

- Siempre los recuerdo - suspiro..

- Damon - murmura - lamento todo esto - pero se que no le creo absolutamente nada - lamento querer mas Stefan..

- ¿Sabes que lamento?... - le digo con un toque de odio en la voz..., ella espera a que siga hablando... - lamento haberme enamorado de ti...

Su rostro cambia, pues no era lo que pensaba oír..

- En el fondo aun me quieres... - asegura.

- Es cierto, pero puede cambiar..

- No creo..

- ¿Estas jugando? - pregunto.

- ¿De que hablas?..

- Tienes algo en mente, - le aviso - te conozco bien... pero no vas a jugar conmigo, no soy el mismo de antes Katherine...

Y se que he esperado este momento, el de verla de nuevo, pero también me he dado cuenta que al pasar el tiempo me he vuelvo mas dependiente de mi mismo, mas fuerte.... si ella quiere jugar entonces comenzaremos el juego, cada uno por su lado, al que yo no pienso resultas perdedor.

- ¿Estás jugando? - pregunta.

- ¿De qué hablas?

- Tienes algo en mente, - me dice - te conozco bien... pero no vas a jugar conmigo, no soy el mismo de antes Katherine...

- ¿Realmente quieres jugar?

- La que está jugando eres tú.

- Sabes Damon, siempre estaré encima tuya, hagas lo que hagas, siempre seré la mejor.

- No te pases, Katherine, puedo contigo, podría lastimarte en cualquier momento.

- Si - dije asintiendo, pero irónicamente - pero no lo harás.

- ¿Ah no, segura? - seguido de eso me acorrala contra la pared, sin poder moverme, su cara expresaba odio, otra vez.

- Segura, porque me quieres demasiado - sonreí. Esta vez su cara ya no era de odio..

- Tu cara es chistosa, pasas del odio, al sentimental, del sentimental al odio.

- Cuidado con lo que haces, o más bien, con lo que dices, Katerina - susurró esta última palabra y me soltó.

-Pues juguemos entonces, pero te aviso, Damon Salvatore, saldrás perdiendo. Si ganas una batalla, aunque dudo mucho que llegues a ganar algo, la guerra la gano yo, siempre fue asi, y siempre lo será, estás avisado, Damon.

Me dirigí al minibar y me serví dos copas de Whisky, una para mi y la otra se la di a Damon.

- Que el juego comience - dije brindando mi vaso con el suyo.

Y le quiero demostrar que nunca puede estar tan segura de lo que dice, que con Damon Salvatore no se juega.. y que en caso de que haya fuego, sera ella quien resultaría hecha cenizas.

- Katerina.. - digo otra vez su nombre verdadero al momento que bebo un sorbo - déjame contarte algo..

- Lo que quieras - sonríe..

- ¿Has escuchado la frase "Del odio al amor solo hay un paso"...

- Se cual es Damon...

- Pero también existe... "Del amor al odio hay mucho menos que un paso" o al menos así la invente - me rio y vuelvo a beber otro trago.

- Pero también existe... "Del amor al odio hay mucho menos que un paso" o al menos así la invente - se rie y vuelve a beber.

- Del amor al odio hay muchos más pasos de los que te imaginas Damon. Tu mismo eres el ejemplo perfecto.

- Baaaah anda ya, para con esas tonterías.

- ¿Que pare? ¿Parar con qué Damon? Tu mismo sabes de lo que estoy hablando. Tu mismo sabes que no te puedes pasar de mi. Me quieres demasiado, por mucho que quieras odiarme, siempre me has querido, me quieres, y siempre me querrás. No inventes más cosas.

- Katherine..

- Es la pura verdad, y lo sabes. - la mano con que él sostenía el vaso comienza a temblar.

- No sabes lo que dices..

- ¿Perdona? De los dos el que está engañado eres tú. Yo te estoy poniendo la realidad ante tus ojos. - seguido de eso cambié de tema - Bueno, y ¿dónde está Stefan?

- BASTA YA - su vaso se estampó contra el suelo - ¡¿Por qué todas nuestras conversaciones siempre se acaban hablando de STEFAN?!

- Ves, tenía razón, estás celoso de él, porque lo prefiero, siempre lo preferí y al fin y al cabo te importo, aunque lo niegues.. Pero es una lástima que piensas que me odies, en 1864 eras un buen pasatiempo por las noches. - mi sonrisa era malvada.

No quiero escuchar mas lo que dice...

El vidrio del vaso me ha rasgado un tanto la mano que se ha rasgado, por supuesto ya esta sanando.

- Le diré a Stefan que pasaste a visitarlo... - camino hasta el minibar para servir otro trago..

- No te preocupes, pasare a verlo yo misma..

- Seguro se llevara una buena sorpresa, mas que yo...

- ¿Mas que tu?..

- Hubiese preferido no verte - le digo con sinceridad... - ¿Porque no te quedaste donde estabas?..

- Tenia ganas de verlos..

- ¿Siempre hemos sido unos títeres para ti?

- Tu si - me asegura - lo de Stefan fue real...

¿Entonces es así?. ¿todo lo que me hizo creer fue pura mentira?...

- ¿Sabes que Katherine? ¡VETE AL INFIERNO!...

Bebo el whisky de un tirón y pongo el vaso en su sitio. Escucho sus risa a mis espaldas mientras camino a la salida...

En estos momentos lo que mas quiero es desaparecer... calmar la agonía, la rabia...

Se sirvió otro vaso de Whisky y seguimos conversando.

- ¿Sabes que Katherine? ¡VETE AL INFIERNO!

Me hacía mucha gracia que me dijera eso. Estoy segurísima que no lo pensaba de verdad. En el fondo me querría.. Bebí otro sorbo de Whisky mientras que él se lo tragaba enterito y de golpe, se iba dirigiendo hacia la puerta.

- Ooooh, ya te vas querido Damon ?

- Si, no tengo nada más que hacer aqui, tengo otra cosas que hacer.

- ¿Cómo qué? ¿Ver a tu Helencita..?

Se dió la vuelta y me miró.

- ¿Cómo..?

- Yo sé todo Damon.

- Pffff. No sabes lo que dices.

- Bueno damon, que te diviertas, yo iré a hacerlo con tu dulce hermanito, esperaré aqui a que venga. Supongo que no ves ningún inconveniente en que lo espere aqui, ¿no?

Dió media vuelta y se fue, sin responder. Yo seguí bebiendo mi bebida.

Quisiera que no fuera regresado, que se quedara a kilómetros o miles de kilómetros de distancias donde se hallaba.... porque verdaderamente había venido para arruinar los malditos días de mi maldita existencia..

Aumento la velocidad y me adentro en el bosque... necesito matar, causar dolor, causar lo mismo que me causan, que me causaron...

Necesito apagar esto que siento ahora mismo, y solo conozco una manera de hacerlo....

CONTINUA EN EL MYCTIC GRILL

--------------------------------------------------------------------------------
REGRESO DEL MYSTIC GRILL

Recorro el borde de la mansión hasta llegar a la ventana trasera que da a mi habitación. Katherine aun sigue en casa, lo menos que quiero es toparmela y mucho menos que vea a la humana en este estado, acabaría por chuparle lo poco de sangre que le quedaba..

Doy un salto hasta el balcón y tiro de la manilla con cuidado para no hacer demasiado ruido. Rápidamente retiro los libros que había dejado sobre la cama, los hago a un lado y caen al suelo, unos sobre otros.

Tumbo el cuerpo de Helen en la cama, escucho el débil latir de su corazón y me quedo mirándola.. Esta pálida, desganada.. su cuello aun brota un poco de sangre y lleva la herida de mis colmillos marcados...

Inconsciente se queja del dolor y por un momento temo que muera, no por su vida, porque ciertamente no es absoluta importancia para mi, pero como me he dicho muchas veces, es de gran importancia a mis planes..

Así que llevo mi mano cerca de mis labios para clavar mis colmillos en la muñeca, en lo que lo hago, comienza a brotar sangre, no demasiado, puesto que el corte no ha sido para nada profundo..

Me siento a un lado de Helen y cojo su mandíbula con una mano haciendo que su boca se abra, apoyo la muñeca de sus labios para que beba de mi sangre, para que el dolor se le pase y su herida sane.

Pierdo la consciencia de lo que me rodea, no siento absolutamente nada más que dolor, que poco a poco se disipa, se aleja de mí, y dejo de sentir. Hasta que de pronto, como si despertara de un sueño, como cuando estás nadando y sales a la superficie a buscar agua, abro los ojos y respiro con fuerza, cogiendo todo el aire que me fuera posible.

No sé donde estoy, ya no me duele, llevo la mano hasta mi cuello y no toco nada, no hay nada, más que mi piel lisa. Miro alrededor, no tengo idea de dónde estoy, salvo una cosa. Damon. Sentado en la cama, cerca de mí. Me echo un poco hacia atrás y sigo apretando mi cuello con la mano.

- Dónde estoy... ¿qué me has hecho Damon? - él sólo me mira, como si nada le importara - Por qué eres así... sólo trataba de ayudarte, pero veo que no mereces que nadie te ayude - le digo con lágrimas en los ojos.

Comienza a lloriquear y entonces me cruzo de brazos, la observo y la miro muy serio..

- Tienes que bajar la voz - le advierto...

- ¿Pero que me hiciste? - sigue lloriqueando - ¡Yo solo quería ayudarte!

Me acerco rápidamente y pongo una mano sobre su boca. Ella se queda quieta pero tensa, asustada por mi cercanía.

- ¿Quieres volver a quedarte sin cuello? - ella me mira con horror y con la mirada me hace saber que no lo desea - entonces cierra la boca, o al menos no hables tan duro... hay alguien en casa que no le agradas demasiado..

No entiendo por qué dice eso, a quién se refiere. ¿Sería Stefan acaso? Porque esta debía ser su casa, estaba decorada como el salón.

- Sé lo que eres - bajo la voz un poco, más calmada, si no me ha matado aún, no tendría por qué hacerlo ahora.

- No me digas - dice rodando los ojos - A ver si adivino...

- Eres un vampiro - y no lo digo con miedo, sino con franqueza.

- Sí que nos salió lista la Helen... - bromea - claro que también podrías haber pensado que era un psicópata que le gusta chupar sangre y después escupirla.

Me doy cuenta que no puedo decirle que además, lo sé porque soy bruja, porque pronto tendré mis poderes y sabré defenderme. Si lo hiciera, quizás no saldría viva de allí.

- No tiene gracia Damon, yo sólo quería ayudarte - y siento cómo me enfado por dentro, me maldigo por haberme acercado, por dudar siquiera de que necesitase mi ayuda, de que podría ser una persona... normal.

- Pareces un loro con el mismo cuento una y otra vez.

- Sólo digo la verdad.. - ni siquiera me responde, y sólo por puro martirio, quiero seguir hablando, no quiero callarme nada, estoy harta de lo que hace conmigo - ¿Y quién es ella que te ha hecho esto? ¿Quién es...? - me tapa la boca antes de que diga su nombre, al final termino susurrándolo bajito. ¿Sería ella la que estaría abajo?

- Cierra el pico te dije - vuelvo a repetirle cerca de su boca que esta tapada con una de mis manos..- ¡demonios! ¿no sabes lo que es cerrar la maldita boca?...

Baja la mirada y parecer que esta vez no alzará la voz, así que opto por quitar la mano y bajarla de nuevo..

- Helen, el mas mínimo susurro ella seria capaz de oírlo..

- ¿Es como tu?.. - no respondo a su pregunta, entonces cuestiona otra - ¿Por que estas tan de mal humor?.. ¿siempre eres así?..

- Hoy estoy peor - admito - ya sabes.. con eso de tener la regla - y no puedo evitar reírme. Ella pone los ojos en blanco y no sonríe para nada..

- ¿Vas a decirme quien esta allá abajo?, o puedo volver a gritar..

- Y yo puedo partirte el cuello esta vez - la miro con rabia, últimamente mi temperamento sube y baja - y ahora no te salvaría..

Me asquea que me trate así, como si las personas fuésemos títeres a su antojo, como si él mismo fuese lo único que le importase en el mundo. Y estoy segura que esa mujer, Katherine, fue la que lo hizo ser así, pero no vale de excusa, no tiene justificación alguna.

- Tratar mal a los demás no hará que tú te sientas mejor - digo segura de mí misma, Damon me fulmina con la mirada - Y puedes matarme si quieres, ¿sabes qué? No me importa. Al menos me quedaré a gusto.

Y si no me mata, pronto yo sería quien pudiese matarlo a él, darle de su propia medicina.

- Cállate - me dice sin mirarme.

- No me callo - aunque hablo más bajo, para que "eso" no nos escuche - ¿De qué te sirve tratarme así? ¿De qué te sirve odiar a los demás? ¿Realmente te sientes mejor por dentro, te alivia aunque sea un poco? - no dice nada, y su mirada es de odio, aunque no estoy segura que vaya dirigida a mí - Sabes... la culpa es mía. Realmente creí que podría ver algo bueno en ti, que no eres como pareces. Pero estaba equivocada. Y al menos espero que estés contento, acabas de decepcionar a la única persona que podría creer en ti.

Y en un movimiento casi invisible cojo a Helen por los brazos, haciéndola levantar de la cama y pegándola contra la pared, quedando mi cuerpo frente al suyo y una de mis manos se posa en su cuello..

- ¿Y que puede saber una estúpida humana? - escupo las palabras muy cerca mientras la euforia crece cada vez mas..

- Mucho mas que tu - responde mas que asustada, aterrada - al menos no trato mal a las personas..

- Nadie me importa Helen..

- Te equivocas, Katherine te importa...

- Cierra la maldita boca - le ordeno.

- Es por ella que eres así, en esto te convertiste por su culpa..

- ¿Que parte no entiendes de cierra la boca?.. digas lo que digas no me hará pensar ni actuar de otra manera. Soy lo que soy.. un Vampiro sin escrúpulos, al que no le importa si quiera un poco la vida humana, al que no le importa siquiera un poco su familia. Es en lo que me convertí con los años, esto es lo que soy..

- No es lo que eres - saco la valentía de donde sea - es lo que tú eliges ser. Pero no tiene por qué ser así.

- Es LO-QUE-SOY - repite cada sílaba con fuerza.

- Cállate o ella te escuchará - digo dándole de su propia medicina, su mano me aprieta un poco más pero baja la voz.

- No te estoy atacando Damon, no soy yo, no me culpes. Siento que todo lo que digo es verdad por cómo te afecta, y no tienes que comportarte así. ¿Que no lo entiendes? Desde que has llegado no te he visto sonreír de manera sincera ni una sola vez, ni disfrutar, ni apreciar a nadie.

- Oh sí que disfruto, disfruto muchísimo matando a gente como tú - responde con furia.

- Puede que eso te sacie... pero no te llena. Nada lo hace, no puede hacerlo porque estás solo, te sientes solo. Y no tiene por qué ser así - y en un impulso que no logro comprender, suelto mis manos y tomo su cara, le hago una mínima caricia, pero sincera, y lo miro a los ojos - Te entiendo Damon, déjame ayudarte.

La miro desconcertado, de un momento a otro la furia cesa.. entonces de inmediato me deshago de sus manos, porque ha sido esa estupida caricia la que ha quitado todo. Helen se toma del cuello, como aliviando la molestia, yo me alejo un poco, sin dejar de mirarla de la misma manera...



- Tu no puedes entender.... - murmuro con un tono de voz casi audible.

- Por supuesto que si - entonces da un paso al frente, acercándose - es por eso que quiero ayudarte..

- No, no lo harás..

- ¿Por que te niegas?..

- Porque no necesito la ayuda de nadie.. estoy bien.

- No lo estas.

- Puedo hacerlo todo yo solo..

- Damon - se acerca un paso mas, al que yo retrocedo - no estas solo..

- Siempre lo he estado, siempre lo estaré. Me gusta estarlo..

- Estas herido - sigue diciendo, y comienza a aturdirme - se que estas herido..

- No sabes absolutamente nada de mi... tampoco tendrías que preocuparte, no me gusta que lo hagan..

Y me doy la vuelta vista la ventana para que no pueda verme. Porque por alguna razón que desconozco sus palabras hieren, y yo no puedo sentirme así.. no quiero sentir así.

Y sus ojos se vuelven azul agua, del mismo modo que antes los míos, dándome a entender que sí siente, que no es sólo hielo y furia lo que lo compone. Y no sé qué le habrán hecho para que sea tan cruel, pero sólo puedo pensar que para él ha debido ser demasiado difícil, y que en realidad, no tiene a nadie que lo apoye. Y si lo tiene... se niega a aceptar ayuda.

- Damon... - susurro sentándome al borde de la cama - Sé que no te conozco apenas, pero eso no importa.

- No - dice sin darse la vuelta, aún con tono dolido.

Quiere su espacio, sé que juego a suerte o muerte cada vez que me atrevo a decirle algo, pero no puedo parar. Y tiene razón, apenas lo conozco, prácticamente nada, y lo que sé de él no es nada bueno, pero no soy capaz de evitarlo. Es como si viese a un niño travieso al que debo proteger, que necesita que lo guíen, que tan sólo le den una oportunidad. Que le den cariño.

Me levanto y me muevo despacio hacia donde está, a sus espaldas. Siento el impulso de levantar los brazos y abrazarlo, mis manos van hasta sus hombros, pero ni siquiera lo rozo. Las dejo ahí unos segundos, y después las retiro de nuevo hacia mi cuerpo, sin tocarlo. Sí... tengo miedo, porque estoy jugando con fuego, porque me estoy arriesgando por alguien de quién ni siquiera sé si puedo sacar algo bueno. Pero me decido. Me giro un poco y muevo una mano hasta delante, rozándola con la suya, sobre el escritorio. Cojo su mano, y aunque hace un poco de fuerza, se deja llevar, tiro de su mano hacia mí y lo volteo para que me mire.

- Yo estoy aquí - le digo levantando la vista, sin soltar su mano.

- No deberías estarlo - respondo sin mirarla, aun mantengo la vista al frente, con la guardia en alto - deberías irte, ya estas bien..

- No iré a ninguna parte - responde con voz firme.

- ¿Como puedes preocuparte en alguien que ni siquiera conoces? - la voz se me vuelve un poco mas brusca.

- No lo se - ni ella misma sabe que responder, quizás esta tan o mas confusa que yo - Yo solo....

- ¿Como confías en alguien que intento matarte? - pregunto de nuevo sin dejar que continúe hablando..

- Porque veo algo bueno en ti, eso que escondes detrás de esa gran mascara, es un camuflaje.

- No soy bueno Helen - aclaro - si fueras inteligente, te alejarías de mi. No quiero tu ayuda, - bajo la mirada, mostrando sinceridad - ni la tuya ni la de nadie mas. Estoy bien, de verdad.. - le aseguro - estoy bien.

Sé que tiene parte de razón, que algo en mi cabeza no debe de estar del todo bien, que valoro muy poco mi vida por cómo me estoy comportando, pero no sé qué diablos me pasa, quizás mi conciencia me avance cosas que aún no puedo captar, pero actúo sin pensar, sin medir las consecuencias.

- Si fuera inteligente - le respondo - tampoco me habría acercado cuando te encontré en el callejón. Si fuera inteligente, habría salido corriendo en cuando me desperté en esta habitación. Si fuera inteligente, no tendría ganas de abrazarte en este momento, aún sabiendo que tu respuesta será un desprecio. Pero dime Damon... si fueras inteligente, ¿no elegirías ser feliz en lugar de estar así?

Continuación Bosques

-Disfrutaste de tu caza?

-Si, muy provechosa-Respondo con una sonrisa

-Oye, nunca me vas a responder?-Pregunta, deteniéndose y me detengo con ella

-Responder que?

-Porque Elena se parece a la perra de Katherine?

No sabia que decir, eso me tomo por sorpresa-No... no lo se, Lex

-No me vengas con eso

-No lo se!, es la verdad

-En serio?

-En serio

-Y no has tratado de averiguarlo

-He querido hacerlo, pero no se como comenzar.

Comenzamos a andar de nuevo, ya nos faltaba poco para llegar a la mansión

-Supongo que por eso estas aquí, para recordar el pasado-Suspira

-No, estoy aquí porque quiero comenzar de nuevo, una nueva vida

-Pero también estas por ella

-Si, también-Suspiro frustrado-Quiero averiguar por que es idéntica a Katherine

-Lo sabia-Sonrió fuertemente-Yo te ayudare

-Gracias.

Cruzamos por la puerta y en la sala de estar se encontraba Elena

-Elena?-La miro extrañado, Lexi me mira a mi-Como llegaste?

-Stefan-Sonríe tímidamente-Solo pregunte donde vivías, necesito hablar contigo